QUEREMOS SER RICOS, PERO TEMEMOS SER POBRES -LOS DESEO OCULTOS-
Meir Statman profesor de Finanzas de la Escuela de Negocios Leavey de la Universidad de Santa Clara, en su artículo de WSJ, organiza tres ideas interesantes sobre “Los deseos ocultos” que nos orillan a estar siempre en aprietos financieros.
Se trata de dos impulsos relacionados, pero contradictorios, que nos llevan en direcciones muy diferentes. Querer ser ricos nos hace invertir dinero en un puñado de boletos de lotería. El temor a la pobreza nos exhorta a invertir en la idea de negocio más brillante o tonta a la que te invita tu mejor amigo o un total desconocido. Resolvemos el conflicto interno entre estos dos deseos al equilibrar nuestros portafolios mentales con cuentas dedicadas a cada uno. Cometemos errores cuando dejamos que una cartera abrume a la otra.
Dentro de nosotros radican deseos que no siempre expresamos y que a menudo ni siquiera estamos al tanto. En uno de mis artículos anteriores comente del dilema del conocimiento en el que todos transitamos:
• sabemos que sabemos
• sabemos que NO sabemos
• NO sabemos que sabemos
• NO sabemos que NO sabemos
Cuando tomamos decisiones sobre nuestro dinero, con frecuencia tratamos de satisfacer esos deseos emocionales ocultos, en lugar de buscar la mejor rentabilidad posible. El problema radica en que NO sabemos que NO sabemos!!! Al no estar al corriente de tales deseos nos puede conducir a cometer errores potencialmente devastadores que nos pueden pasar factura tanto en el ámbito emocional como en el financiero.
¿Qué estamos buscando? Hay tres tipos de beneficios a los que aspiramos en todos los productos y servicios:
1. Utilitario. Los beneficios utilitarios responden una pregunta: ¿cómo me afecta a mí y mi bolsillo? El beneficio utilitario de un vehículo, por ejemplo, es que nos transporta de un lugar a otro y el de una inversión es que aumenta nuestro patrimonio.
2. Expresivo. Los beneficios expresivos reflejan nuestros valores, gustos y estatus. Responden a la pregunta ¿qué dice acerca de mí, tanto para el resto como para mí? Conducir un Prius, expresa responsabilidad medioambiental. Conducir un Bentley, expresa un cierto estatus social.
3. Emocional. Los beneficios emocionales son la respuesta a la pregunta ¿cómo nos hace sentir?
Y que sea claro NO hay nada malo en tomar decisiones por motivos expresivos o emocionales. Lo importante es estar al tanto de ellos y reconocer que acarrean un precio, a menudo uno muy alto, en la forma de mayores costos o una menor rentabilidad.
Podemos incrementar la suma de nuestros beneficios si entendemos nuestros deseos, sopesamos las alternativas y tomamos una decisión inteligente.
Ahora sabes que si sabes!!, no hay pretexto para ser mas estratégico y actuar por deseos que ya tienes identificados, por mas ridículos o excéntricos, el solo conocerlos te convierte en responsable de sus posibles resultados y te da un mayor input de información para la toma inmediata de mejores decisiones en tu vida.
Saludos.
Daniel De Ávila
Business Praxis – Visión Global
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Daniel Zarate de Avila 